Cogimos un autobús dirección Chiang Rai en la estación de Chiang Mai. Nada más llegar fuimos a ver el White Temple que está a las afueras de la ciudad. Cuando lo vimos nos impactó al instante; su estructura blanca reflejaba con el sol y casi te dejaba ciego. Conforme nos íbamos acercando nuestra imaginación nos transportaba a un cuento, donde sus protagonistas son princesas que son rescatadas por caballeros de un malvado dragón.

La entrada al templo es una escalinata que a la vez hace de puente, ya que pasa por encima de un lago poblado por peces de colores. En los laterales hay un mar de manos que salen del suelo y alguna de ellas sujeta una calavera dándole un toque siniestro. Hay dos estatuas enormes que recuerdan a dioses de la antigua Grecia protegidos por unos imponentes cuernos de unos 8m de alto. Todo de un blanco inmaculado y metálico.

Dentro del templo hay un imponente Buda de oro, pero lo que de verdad nos llamo la atención fueron los frescos que hay en las paredes, hay dibujos de súper héroes como Batman, Superman o Spiderman. Protagonistas de películas como piratas del caribe, residen evil o harry poter. Y las torres gemelas siendo atacadas por los aviones y unos demonios mirando la escena.

Sin lugar a dudas a sido el templo que más nos ha gustado, por ser tan diferente a los demás y tener un enfoque moderno.

La ciudad no tiene nada interesante así que al día siguiente cogimos un autobús hacia el corazón del triangulo de oro, Chiang Saen.

El autobús era súper viejo y un poco incomodo pero no tardamos demasiado en llegar. Tocaba lo de siempre buscar donde dormir con su correspondiente caminata y negociación. Encontramos en un sitio enfocado a locales donde no había ningún cartel en inglés y parecía que molestábamos. Comimos un pollo asado que estaba de vicio y fuimos andando a buscar el triangulo de oro.

Según un mapa que cogimos en la estación parecía que estaba al lado pero cuando llevábamos una hora andando por el arcén de la carretera y no aparecía empezamos a dudar de su fiabilidad. Y comenzamos ha hacer dedo a ver si paraba alguien, pero el único que paro me miro con cara rara y cuando iba a subir al la parte trasera de la pic-up arrancó y nos dejó con cara de tontos. Tuvimos que andar 15km lo que nos llevó unas tres horas.

El denominado triangulo de oro es la frontera entre Tailandia, Laos y Birmania. Los tres países están separados por el rio Mekong. Justo en la intersección creada por el río hay un mirador con un Buda gigante y varias estatuas. Para la vuelta cogimos un tuc-tuc.

Al día siguiente fuimos a Chiang Khong el pueblo fronterizo con Laos y como llegamos pronto, teníamos pocos bats y bastantes ganas de cambiar de país, cruzamos la frontera en un bote que te lleva en cinco minutos.

De Chiang Rai solo vale el White Temple. El triangulo de oro es curioso por ver los tres países pero tampoco es nada espectacular. Ahora que hemos recorrido el norte de Tailandia puedo decir que es bonito pero nuestro pirineo no tiene nada que enviarle, en cambio el sur es único y ya estamos deseando volver…

Laos allá vamos!! 

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