TREKKING EVEREST BASE CAMP 6/3/2014

Día 1: Salimos de Lukla a las diez, a Ruben se le ha hinchado un dedo del pie, todavía no tiene claro si va a continuar. El camino es muy suave y parece un parque temático con tantas pinturas, banderas de oración y ruedas giratorias. Aún con la cantidad de lodges y restaurantes, el espectáculo natural es impresionante. El río que baja del valle emite un sonido ensordecedor, a ambos lados se eleban paredes de roca, gran cantidad de pinos enormes bajan por la ladera. Me recuerda a Ordesa y hasta una montaña se parece al Tozal. Un poco antes de llegar a Monjo aparecen colosos de hielo y roca. El sol resplandece sobre sus gélidas formas y el viento se enfría al pasar por sus aristas escarpadas. Pasamos varios controles y nadie nos pone ninguna pega por no llevar guía. Dormimos en Monjo escuchando el rugir del río.

Día 2: Hace un día expléndido, cruzamos tres veces el río por puentes tibetanos. La subida es dura, con escalones y subes mucho desnivel de golpe. A la izquierda varias cascadas de hielo cuelgan de la montaña. Los picos nevados se ven cada vez más cerca y después de un repecho llegamos a Namche Bazar. Es la capital del valle del Khumbu y desde ella se divisan un buen número de picos: Ama Dablam, Lhotse, Taboche, Kang Talge. Los hoteles y casas orientados al sol, se elevan en terrazas a distintos niveles. Andamos por sus calles y hacemos acopio de comida, ya que a partir de aquí cada vez son mayores los precios. Conocemos a un francés muy majo y pasamos la noche hablando con él.

Saliendo de Namche Bazar

Saliendo de Namche Bazar

Día 3: Preparamos la mochila y salimos dirección Tengboche, al poco rato el Ama Dablam nos sorprende con su forma piramidal y sus paredes nevadas. Sin duda es la montaña más bonita que he visto nunca y no puedo dejar de mirarla. El camino se estrecha y asciende en zigzag entre pinos, aparece el Kangtega con su gran serac en forma de visera. Se ve muy cerca e imagino varias lineas por donde ascenderlo. Cuando llego a Tengboche 3860m, el monasterio se alza imponente sobre una esplanada de tierra, las montañas forman una barrera natural alrededor del templo, el Ama Dablam resalta sobre las demás, se ve tan cerca, tan grandiosa… Aquí transcurre gran parte de mi próxima novela y nada más llegar nuevas ideas pasan por mi mente. Nos alojamos en Gomba Lodge, allí conocemos a un argentino muy interesado en el budismo con el que tenemos una conversación muy interesante y a tres australianos con los que pasaré muy buenos ratos. A las cuatro voy al rito del templo, los monjes sentados en la posición de loto recitan mantras cantando desde el estómago, parecen ventrílocuos. Tocan campanas, trompetas y tambores, y al final del rito se ponen unos gorros que parecen de romanos.

Monasterio de Tengboche

Monasterio de Tengboche

Día 4: Me levanto a las seis y voy al rito matinal, soy el único expectador y es igual que ayer pero sin instrumentos. Hoy toca descansar así que aprovecho para documentarme y hacer fotos, conozco a Tashi, un monje de 25 años, lleva aquí desde los 12, más de la mitad de su vida. Me siento a su lado y hablamos de España, de fútbol y de mujeres… Dice que le gustan más las españolas que las nepalíes, pues llevan menos ropa. También se unen Nima y Sonan. Les cuento que voy a escribir una novela sobre el templo y se muestran dispuestos a ayudarme. Me cuentan cosas de su vida aquí y les digo que volveré cuando termine el trekking para documentarme más a fondo. Jugamos a las cartas con los australianos y nieva con fuerza toda la noche.

Día 5: Está todo nevado pero el sol brilla con fuerza, desayunamos con los australianos y cuando preparamos todo dice Ruben que se retira, le duele el dedo del pie y no quiere seguir con dolor. Intento convencerle pero lo tiene decidido. Creo que se equivoca, yo en su lugar seguiría, tendría que tener un hueso roto para abandonar pero es decisión suya. Nos despedimos y continuo como llegué: Solo. Me adentro en el bosque, es suelo está rebaladizo así que voy con cuidado. Llego al río y sus aguas brabas cochan contra las paredes, se encañona y los rápidos forman espuma blanca. Los rododendros no tienen flores, se nota la altura. Llego a Pangboche y subo a ver el templo, hay una gran estatua de Buda en el exterior y unas vistas increibles al Cholatse. Cuando me acerco a Dingboche 4410m, el paisaje cambia radicalmente, ya no hay árboles y solo crece algún pequeño arbusto, es desolador. Me alojo en el lodge más cutre pero más barato y ceno en la cocina con los dueños con una manta que me dejan, ya que no hay estufa y hace un frío que pela.

Río de camino a Pangboche

Río de camino a Pangboche

Día 6: Salgo a las ocho cuando ya calienta el sol y voy adelantando a gente, llego pronto a Chukhum, cojo alojamiento y almuerzo. Dejo la mochila y voy al campo base del Island Peak, el camino empieza por una arista de roca que va ganando altura, a la derecha hay un glaciar enorme. Se ve la cara norte del Ama Dablam y protegiendo el glaciar unas paredes de hielo relucen al sol. Ya no hay plantas, solo hielo y rocas. No me cruzo con nadie y el paisaje es extremecedor. Por primera vez me siento solo, el viento azota con fuerza y tengo que abrigarme. El camino gira hacia el norte y una montaña me deja estupefacto, es el Lhotse, un gran glaciar lo precede, está mole de hielo y roca es el primer 8000 que veo. Sigo por una planicie y llego al campo base debajo del Island Peak que comparado con el Lhotse parece de juguete. Vuelvo con el viento en contra y justo cuando más frío hace me entran ganas de cagar, saco el culo y se hiela al instante, nunca había cagado a 5.000m. Cuando llego hago yoga al sol y me empieza a doler la cabeza, será la altura. Comparto cena con los australianos y un grupo de siete brasileños, sobre todo las chicas están muertas de frío pues vienen de estar a 40°.

Día 7: Me levanto mal, he dormido poco por el dolor de cabeza, aún así no cambio los planes y voy a subir un pico cercano para aclimatar. Se sube por un pedregal bastante empinado, otra vez estoy solo y cuando miro la pendiente pienso que si tropiezo y me caigo, bajaré rodando hasta el barranco y a saber cuando me encuentran… Extremo las precauciones y pienso en otra cosa, si me caigo y me mato lo mereceré por gilipollas. Llego a la cima que será unos 5200m y bajo corriendo y deslizándome por las piedras, por hoy para aclimatar ya vale. Paso la tarde leyendo y hablando con mis nuevos amigos.

Pico Chukhung 5200m

Pico Chukhung 5200m

Día 8: Varias personas con las que he hablado no recomiendan cruzar a Lobuche por Kongma La, me ahorraría unos días y no tendría que volver por el mismo sitio, pero hay peligro de desprendimientos así que decido regresar a Periche y después subir a Lobuche. Estodo bajada hasta Periche, voy rápido y se nota el bajar altura. Empiezo a ascender y la última subida a Dughla se hace muy dura, pienso en quedarme a dormir, pero este pueblo es el más feo y expuesto al viento del trekking, decido seguir. La cuesta está muy empinada y tiene los temidos escalones rebienta rodillas, cuando paro a descansar exhausto y solo llevo 20 minutos pienso en bajar, pero me animo a mi mismo: La vida es para los valientes. Está nevando y hace mucho viento, llego a un mirador lleno de banderas de oración. Hay unas vistas increibles del Lobuche 6119m, es el pico que queríamos escalar, pensábamos que no había que pagar permiso pero hay que pagar 450$ para ascenderlo, más el alquiler de material, es mucho dinero y esté viaje no es para eso. A partir de aquí el terreno es llano hasta Lobuche 4910m, cuando llego me como un gran bhal bhat y hablo con un guía nepalí muy majo.

Día 9: Me levanto a las siete, desayuno y salgo el último del hotel, el Lhotse me da los buenos días con sus paredes heladas. El camino es feo e incómodo pero las montañas que lo rodean son increibles: el Nupse por la derecha y el Pumori por la izquierda. En 2h llego a Gorakshep 5140m, el último pueblo antes de Everest. Me encuentro con los brasileños y me invitan a sentarme con ellos, como un sandwich mientras hablamos y a las 12 salgo hacia el campo base del Everest. El camino es un pedregal al lado de un glaciar enorme, de frente ves al Pumori cada vez más cerca, tiene una lengua de hielo que recorre toda la pared, me dan ganas de escalarla. El Nupse se alza imponente y se ve donde comienza el ascenso al Everest, el pico no se ve. Un montón de piedras y banderas te indican que has llegado al campo base del Everest 5364m. Se ven algunas tiendas desperdigadas al lado del glaciar. Cuando vuelvo pienso en que tenía subestimados a los himalayistas, me da igual que suban por la vía normal, que usen oxígeno, que lleven guías… Enfrentarse a una montaña de estás dimensiones, aguantar el infenso frío y la altura, merece toda mi admiración y respeto. Ojalá algún día tenga la motivación, el nivel y el dinero para ascender uno de estos gigantes.

Campo base del Everest 5364m

Campo base del Everest 5364m

Día 10: Me levanto a las 4, como una barrita, me abrigo bien y salgo en la oscuridad de la noche. Hay luna llena y un manto de estrellas alumbra el cielo. No nadie en la calle, camino por el llano a la luz de la luna y emprendo la cuesta. Hace mucho frío, sobre todo en las manos; al meterme entre la montaña se tapa la luna, la única luz es la de mi frontal. Subo despacio, solo oigo el sonido de mi respiración y cuando paro a descansar el de mi corazón, late rápido y fuerte. Cada vez es más pronunciada la cuesta, no llevo bastones, no quería que el ruido me molestara. El Nupse resplandece alumbrado por la luna, al observarlo mi piel se pone de gallina. Saco la cámara y le hago una foto, la bateria parpadea y dice que está agotada ¡Mierda, hoy no! La meto al cuerpo para calentarla seguramente será el frío… El sol comienza a salir y aún me quedan unos metros. En las aristas de las montañas una luz violeta acaricia sus contornos. Llego a la cima del Kala Phatar 5550m jadeando, unas piedras y banderas marcan el punto más alto. Dejo la mochila y hago unas fotos, la cámara ha resucitado y puedo fotografiar el Everest, desde aquí se divisa la vía normal y sus dimensiones extremecen. Hago unas fotos con la camiseta de Montañeros de Aragón y la braga de mis amigos de T.M.T. Me siento en una piedra y disfruto del espectáculo. Saco el agua de la mochila pero se a helado, hará unos -20°. El milagro diario que es amanecer aquí se eleva a la máxima potencia. El Pumori 7165, el Everest 8848, el Nuptse 7861, el Lhotse 8414. Todos me dan los buenos días, estoy solo en la cima, hoy soy el primero en ver el techo del mundo. Me da pena disfrutar de esto solo, he hecho cima y no me he abrazado con nadie. Me acuerdo de Ruben, si no hubiera tenido esos problemas estaría aquí conmigo. Pienso en Amara, me gustaría disfrutar de este amanecer con ella. Me acuerdo de mis amigos de Montañeros, mis compañeros del centro de tecnificación y todos con los que he compartido alguna cima, seguro que ellos disfrurarían tanto como yo. Me estoy congelando, no siento las manos ni los pies así que bajo, empieza a subir una marabunta de gente con sus guías, el madrugón a valido la pena, les saludo y animo mientras corro para entrar en calor. A las siete ya estoy desayunando, me despido de los brasileños, me invitan a su casa cuando quiera, allí seguro que hace menos frío… Cuesta abajo todo es más fácil, Lobuche, Dughla y Periche. Hoy he andado 8h, 400m de subida y 1300 de bajada, eso sumado al madrugón y los seis días sin descanso me hace estar muy cansado así que a las 19:30 ya estoy en la cama y duermo del tirón por primera vez en muchos días.

En la cima del Kala Patthar 5550m

En la cima del Kala Patthar 5550m

Everest 8848m y Nuptse 7861m al amanecer

Everest 8848m y Nuptse 7861m al amanecer

Día 11: Me levanto descansado, desayuno con un canadiense que va a hacer el Lobuche, me dice que entre permisos, sherpas y alquiler de material le sale por 2000$. También hablo con un nepalí que va a ascender el Everest, es muy simpático y me cuenta que conoció a Iñaqui Ochoa de Olza y ayudó en el documental que le hicierón. Hace mucho viento, me abrigo y aprieto el paso, no hay nada como correr para entrar en calor. En Pangboche hablo con un australiano y hago el resto del camino con él, cuando llegamos a Tengboche comemos juntos, hablamos de viajes, de trabajo, de política, de escalada… Y como siempre le invito a venir a España, como vengan la mitad de giris que he invitado el patronato de turismo me va a tener que regalar una placa. Otra vez estoy en Tengboche donde transcurrirá mi novela, aquí me quedo tres días descansando y documentándome. Haré una entrada solo de aquí así que no me alargo, solo adelanto que he tenido la suerte de hacerme amigo de los monjes, me han dejado ver sitios prohibidos a los turistas, he comido y tomado muchos tés con ellos en su cocina y hasta en la habitación de uno de ellos y van a rezar para que la novela sea un bombazo, así que tengo el éxito asegurado. ¡¡¡Y ya he empezado a escribir la novela!!! Cuando escribo ésto llevo 24 días caminando por el Himalaya, estoy algo cansado pero todavía con energía para seguir, mañana empiezo mi tercer trekking, el de Gokyo, si va todo bien subiré a otro 5360 pero eso es otra historia…