RISHIKESH 06/05/2014
Rishikesh es una pequeña ciudad en el norte de la India, ubicada en el pre Himalaya está rodeada de montañas y frondosos bosques; el Ganges (río sagrado de India) la atraviesa con aguas limpias y frescas donde darse un baño, ya que está muy cerca de su nacimiento. Está considerada la meca mundial del yoga y la meditación, lo que atrae a cientos de turistas que quieren profundizar en estos artes.
Llego después de 30 horas de viaje, incluyendo 15 horas en un tren nocturno durmiendo en el suelo al estar completo y no tener cama… Voy a un ashram que me han recomendado: Ved Niketan, está al final de Ramyula. Lo que se paga es de risa: 150rp que son menos de 2€ por dormir y con una meditación y tres clases de yoga al día incluidas. Allí convivimos gente de todo el mundo con el amor por el yoga en común. Las clases son muy duras y los primeros días me duele todo el cuerpo, hago yoga tres veces al día y de vez en cuando pruebo alguna otra escuela para aprender diferentes estilos.
Cuanto más profundizo e investigo en yoga y la meditación más me gusta, en los quince días que estoy aquí practico con siete profesores diferentes y de todos aprendo algo.
Junto con unas chicas españolas nos colamos en una boda india un poco antes de que empezara, nos invitan a unas bebidas y unos tentempiés hasta que educadamente nos invitan a salir, una pena no haber podido ver el enlace…
Cerca de la ciudad hay cascadas y templos para visitar, es imposible comprar un mapa decente de la zona, así que toca preguntar e investigar para encontrarlos. Esto es India.
Visito el ashram donde estuvieron los Beatles un tiempo meditando y escuchando las enseñanzas de un gurú famoso en aquella época, está abandonado y la vegetación va ganando terreno a la obra del hombre.
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Todas las noches al atardecer cientos de indios acuden a la orilla del río sagrado para celebrar el ritual del fuego, al ritmo de la música tradicional, hacen ofrendas y levantan sobre sus cabezas unas lámparas de oro ardiendo, las tocan y van al río a mojarse con unas gotas de agua. Es impactante ver el fervor con el que viven la religión, siempre cantando y rezando parecen abducidos por alguna fuerza sobrenatural.
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Rishikesh, con sus calles llenas de vida donde vacas, monos, sadus, puestos callejeros y turistas conviven al ritmo de las aguas del Ganges. Es un lugar que te atrapa y es difícil ver el momento de partir, me quedaría un mes más aquí, pero ya veo el final de este fantástico viaje y me queda otro lugar mágico por visitar… Dharamsala, donde están exiliados los tibetanos que huyeron de la invasión china.