Dar la vuelta al mundo ha sido la aventura más dura pero a la vez gratificante e inspiradora de mi vida. Me fui con la mitad del presupuesto que había calculado, fue una decisión que tomé a sabiendas que no me llegaba el dinero, tendría que inventarme algo para poder culminar el viaje y poder hacer todas las cosas que tenía en mente. No tenía ninguna duda de que me llegarían las ideas y las oportunidades precisas, de eso iba el viaje, en eso se ha convertido mi vida, en demostrar que con confianza y determinación se puede conseguir cualquier cosa y, así ha sido. Me fui con 5.000 y solo en billetes de avión he gastado 3.000, he tenido mucha suerte en los vuelos y he encontrado verdaderas gangas, con flexibilidad en las fechas es fácil encontrar buenas ofertas. Me ha tocado dormir en el suelo, hacer auto stop, pasar un poco de hambre, depender de la ayuda de los demás y emplear mis dotes de negociador. Pero con un poco de astucia, con una sonrisa y con la buena suerte que me acompaña siempre ha salido todo rodado.

Buenos días

Buenos días

¿Me llevas?

¿Me llevas?

Preparando la cena

Preparando la cena

Recorrí con Vanesa seis países por Europa en furgoneta, encontré un mirador a las faldas del monte Fuji donde pasé cinco noches a cubierto y pude disfrutar de las montañas, bosques y templos de la zona sin pagar alojamiento, me dejaron presenciar clases de aikido y artes marciales en Japón, hice 18 inmersiones en la barrera de coral más grande del mundo en Australia a cambio de trabajo, recorrí 3.000km de la costa australiana haciendo auto stop hasta que un hombre me sacó un billete de tren tirado de precio, vendí 200 copias de mi primera novela en las calles de Perú para recaudar dinero y poder seguir viajando, recorrí 2.000km por el río Amazonas adentrándome en comunidades indígenas, tomando sus medicinas, hablando con los chamanes y los ancianos, crucé la selva en solitario y fui el primer extranjero en llegar a Santa Teresa (un pueblo del Amazonas) donde me agasajaron con atenciones y hasta tuve que participar en un desfile militar y decir un discurso, llegué a Río de Janeiro en pleno carnaval y disfruté de la fiesta y las playas de Brasil, hice dos safaris en Kenia donde vi leones, elefantes, guepardos, rinocerontes… y por un precio muy asequible, recorrí el desierto y la sabana africanos en transportes locales o caminando, conseguí una habitación de lujo en Lamu (una isla a orillas del Índico) por una cuarta parte de su valor, invertí mi último dinero en ayudar a familias pobres que viven en el desierto y me sentí como Papá Noel repartiendo ilusión.

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Libro 100

Libro 100

Víctor tostando las hojas de coca

Víctor tostando las hojas de coca

Pan de Azucar

Pan de Azucar

Guepardo

Guepardo

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Y todo esto y mucho más ¡sin tener ningún problema! Ningún vuelo retrasado, ningún problema con los visados, ni un día enfermo (fui sin seguro de viaje), ningún accidente… todo lo que deseaba y visualizaba venía a mí. Cada día daba las gracias a Dios, me repetía la suerte que tengo e intentaba no preocuparme por nada, ¿por qué han de salir las cosas mal? No llevaba una guía, no tenía un plan fijo, a veces no entendía el idioma, no sabía dónde iba a dormir, qué iba a comer, a quién iba a conocer… pero tenía la certeza de que encontraría todo lo necesario, y así ha sido siempre sin excepción. A veces parecía magia, como la vez que llevando ocho horas caminando y cuatro perdido en el Amazonas, ya buscaba un lugar donde pasar la noche cerca del río y encontré una cabaña en medio de la selva donde vivía la única familia en kilómetros, esa noche cené caliente, dormí a cubierto y por fin encontré el camino bueno. O la vez que me cansé de hacer dedo después de cinco horas al sol abrasador de Australia, me puse a caminar a medio día por la orilla de la carretera, paro a la sombra de una señal de tráfico que marca un parque nacional donde me bañé en un río, vi canguros, pude quedarme en un camping libre y conocí a un hombre que me llevó a la estación de tren y me sacó un billete. Desde que sigo las señales, me dejo llevar y no tengo miedo, ya no me preocupa el futuro. Sé que voy a salir de cualquier situación, ¡siempre ha sido así! Y lo bueno es que ¡esto vale para cualquiera! ¿Cuántas veces creíais que tal o cual situación iba a ser imposible y al final salisteis? ¿Cuántas veces algo que parecía malo al final se convirtió en bueno? Para mí lo que mejor que me pudo pasar fue la crisis y tener que cerrar mi empresa, algo que fue duro en su momento, verme arruinado y tener que venderlo todo me enseñó a valorar lo importante y como no tenía nada que perder lanzarme a intentar un reto que parecía imposible. Ya han pasado cuatro años y desde entonces tengo mucho cuidado antes de juzgar una situación. Muchas veces nos preocupamos excesivamente por las cosas y eso nos hace perder mucho tiempo y energía. Si algo he aprendido en estos años es a no preocuparme, no sirve de nada; y si aceptas las situaciones como vienen e intentas sacar algo positivo y aprender de ellas, nada es bueno o malo simplemente ES y tú te adaptas sin oponer resistencia y sin perder tiempo en lamentaciones ni en reproches, ni hacia nadie ni hacia ti mismo. De eso va a tratar mi próximo libro, para eso hice este viaje, en eso se ha convertido mi vida… en demostrar que La vida es para los valientes.

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La familia de Víctor

La familia de Víctor

Mi familia peruana

Mi familia peruana

Han sido 167 días para recorrer doce países en cinco continentes. Teniendo en cuenta que pasé dos meses en Perú lo he hecho bastante rápido. Es lo que me pedía el cuerpo y el tener poco dinero, haberme pasado de los tres años que marqué para el proyecto y el tener una pareja esperándome en casa ha influido mucho. Durante el viaje he leído 43 libros, he trabajado escribiendo mi diario, las entradas del blog y el nuevo libro. Ha habido momentos duros donde me he sentido solo y me he preguntado qué coño hacía ahí, teniendo una mujer, amigos y familia que me quieren esperándome en casa donde todo es fácil y cómodo, pero luego recapacitaba y me convencía de que el dolor es pasajero, que esto no lo hago solo por mí, que también lo hago por ellos y seguía adelante. Nunca se me ha pasado por la cabeza abandonar, tenía la certeza de que lo conseguiría, no sabía cómo pero lo sabía; porque la vida no es para entenderla, es para vivirla.

Sushi en mi hotel

Sushi en mi hotel

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primera noche

primera noche

El mejor lugar: Me quedo con Perú por su diversidad, su comida, su gente y la facilidad del idioma. Lo tiene todo: Costas, desiertos, montañas, selvas y una mezcla de cultura indígena e hispánica.

Cañón del Colca

Cañón del Colca

Fiesta del Wititi

Fiesta del Wititi

Machu Picchu

Machu Picchu

El mejor momento: Empezar el viaje con mi pareja Vanesa, caminar con ella entre las montañas de los Alpes, por los bosques de la Selva Negra, descubrir Amsterdam o Bruselas y enseñarle París.

La Torre Eifell

La Torre Eifell

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Lo peor: Ser testigo de las desigualdades e injusticias de África, donde muchas veces comen mejor los leones que los hombres.

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Quiero dar las gracias a todos y todas que me habéis seguido durante el viaje, han sido 29 entradas del blog donde he compartido mis aventuras con vosotros, espero que hayáis disfrutado y que os animéis a lanzaros en busca de vuestros sueños.

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Vaya equipo

Vaya equipo

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Con la pesca

Con la pesca

Vaya bichito

Vaya bichito

En la cima de la montaña

En la cima de Macchu Pichu

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