El 27 de junio cargo la furgoneta con los 318 libros que me quedan y salgo hacia Cadaques con la intención de recorrer la costa española de norte a sur, vendiendo mi libro e impartiendo clases de yoga gratuitas. Después de pasar cinco meses entre la India y Nepal viajando solo, he pasado doce días en casa, lo suficiente para ver a la familia y los amigos y reponer fuerzas para embarcarme en otra aventura. El verano pasado recorrí el Cantábrico y empecé a vender mi novela en el paseo de la playa por las tardes, fue muy bien y eso me animó a venderla en Zaragoza por la calle y en mi pueblo puerta a puerta por las casas. Es duro el entrar a la gente a ofrecerle algo, había días que eran muchos »no», pero cuando alguien me escuchaba y la compraba me animaba a seguir.
CATALUÑA: Sin duda de aquí me quedo con la Costa Brava; es un lugar precioso, sin tener edificios altos y con casitas blancas; la costa es muy salvaje con acantilados rocosos de vértigo, un mar bravo cuando azota la tramontana los golpea con violencia. Aquí cambio mi táctica de venta y comienzo a patear las playa ofreciendo la novela a la gente mientras toman el sol. Formulo mi pregunta »¿Te gusta leer?» y tengo más éxito que nunca. Hablo con mucha gente y hago amistad con algunas de ellas. Al hablar con tantas personas y que todas me deseen suerte, me den su energía y buenas intenciones, cuando llego a la furgoneta no puedo dormir, estoy como si me hubiera bebido diez cafés, con la ayuda de una médium que conozco en la playa aprendo a compartir toda esa energía. Es increíble sentir el afecto de tanta gente.
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VALENCIA: Lo que más me gustó fue Calpe y sus alrededores, con el Peñón de Ifach ascendiendo del mar al cielo y las numerosas calas, donde pasé alguna noche con las estrellas de techo y escuchando el romper de las olas. Fue donde más tiempo estuve acompañado por amigos que me vienen a visitar, me dejan dormir en sus apartamentos y muchos nuevos. Vendo menos al estar con gente pero es un placer sentirse querido y compartir mi tiempo con ellos.
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MURCIA: Me quedo con La Manga del mar Menor, ese trozo de tierra que se alarga como un brazo flotando en el Mediterráneo. Aquí estuve poco tiempo pero me encantaron sus playas y la gente amable y con ese simpático acento que les caracteriza.
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ANDALUCÍA: De aquí me quedo con dos: El Cabo de Gata, con playas salvajes de aguas cristalinas custodiadas por un monte que era como estar en La Puebla pero con mar. Y con las playas de Cádiz, el océano Atlántico divierte a los surferos y el acento andaluz te llena de alegría. El tramo final se me hizo duro, en los últimos diez días no quedé con nadie fuera de la playa y el mal tiempo me lo puso difícil. Me había propuesto llegar a los mil libros vendidos y no iba a parar hasta conseguirlo. El 23 de septiembre a solo 15km de Portugal le regalo la novela 1000 a una mujer que estuvo ayudando en las labores de rescate de tsunami en Tailandia. ¡Vaya forma más especial de acabar el viaje!
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Esta experiencia ha sido la más enriquecedora de mi vida, a parte de los libros vendidos, la publicidad que ello supone y los lugares visitados… Lo mejor sin duda son las miles de personas con las que he hablado, nunca me lo tomé como un trabajo; para mi era estar disfrutando del mar en compañía de personas interesantes y agradables. Si estaba a gusto no me importaba quedarme media hora hablando con ellos; gente que no me conocía de nada me ha alojado en su casa, me han invitado a comer o cedido su lavadora. Dando las clases de yoga totalmente gratis era la manera de agradecer que me escucharan y con una sonrisa o un beso me pagaban con creces. Me he dado cuenta que no hay nada más gratificante que ayudar a los demás. Y con mi positivismo y mi historia personal he intentado dar un empujoncito a personas que les falta confianza y tienen miedo a los cambios. He recibido muchos mensajes de personas que después de escucharme se han lanzado en busca de sus sueños. También me encanta confiar en los demás, mucha gente no llevaba dinero a la playa y les daba mi número de cuenta para que ingresaran el dinero; no llevaba la cuenta de quien me pagaba pero a día de hoy tengo 110 ingresos y esa es prueba suficiente para demostrar que se puede confiar en la buena fe de la gente.
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He recorrido la costa sin GPS y sin aire acondicionado en la furgo, muchos días arrancaba sin saber donde iba a parar, me guiaba por mi instinto y me dejaba llevar, si un lugar me gustaba me quedaba, si veía alguna señal de que me tenía que ir lo hacía. He intentado gastar lo mínimo, no he pagado ningún tipo de alojamiento y a no ser que quedara con alguien no pisaba bares o restaurantes. He recorrido más playas que cervezas me he tomado, bebía agua del grifo y me alimentaba básicamente de fruta, pasta y ensalada. En tres meses he gastado menos de 1200 euros con gasolina incluida. Es el estilo de vida que he aprendido en mis viajes y tengo que ahorrar para dar la vuelta al mundo. Todavía nadie me ha dicho que le ha vendido su libro el autor en persona, esto lo he inventado yo y cuando inventas algo funciona… ojala más autores se animen ha hacerlo.
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Si me dan a elegir entre haber vendido 10.000 ejemplares estando en casa o lo que estoy haciendo, sin duda me quedo con esto, todo el que tiene »Lo que el mar no se lleva» me conoce, me ha escuchado y la tiene dedicada; yo conozco a todos mis lectores y eso es algo muy especial y me encanta. Nunca me cansaré de agradecer a todas las personas que me han escuchado, venido al yoga y comprado la novela. Y para ello voy a sortear un regalo relacionado con la novela, muy pronto lo haré público, así que estad atentos. Mil gracias.
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NÚMEROS DEL VIAJE:
5.000 km realizados, 59 playas recorridas, 37 clases de yoga, 167 personas han practicado yoga conmigo, 1.002 novelas vendidas y 7 bolígrafos gastados firmando libros.
Dani! Te admiro, tienes mucho que contar y yo todavía mucho por leer….no tardes en sacar tu proximo libro!