En Cuzco se mezclan la cultura inca e hispánica, patrimonio de la humanidad, dicen que es la capital cultural de América y no es para menos con su infinidad de iglesias, ruinas y monumentos en un entorno lleno de montañas verdes. Es la ciudad más turística de Perú, sobre todo por ser paso obligado para visitar Machu Picchu y en sus calles empedradas siempre repletas de gente, se respira una energía especial.
Se me ocurre imprimir mi primera novela, se me está acabando el dinero y quiero aprovechar las fiestas navideñas para venderlas en la calle. Busco una imprenta local y conozco a doña Cristina, una alegre peruana que junto a sus hijas están dispuestas a ayudarme imprimiendo 200 copias. Me dicen que estarán en tres días y aprovecho a ir a Machu Picchu, se supone que a la vuelta ya estará lista la edición pero cuando vuelvo aún no han hecho casi nada, así que paso cinco días ayudando en la creación de los libros y aprendo como nace un libro.
El 22 de diciembre comienzo a venderlos en un mercado navideño que instalan en la plaza de armas, comienzo a ofrecerlos a la gente con mi táctica habitual, preguntando ¿te gusta leer? A la gente que pasa por mi lado, no va muy bien. Un chaval que vende perros de peluche ofreciendo a voces su género acaba en una hora con todos y antes de irse le dice a un señor en un puesto que si quieres vender hay que gritar para que se fijen en ti. Veo una señal y comienzo a gritar ¡Libros dedicados por el autor! Con un libro en la mano. Los posibles compradores se acercan a curiosear y con la nueva táctica vendo mucho más. El mercado navideño solo dura hasta nochebuena y después recorro cada día la plaza de armas ofreciendo mi libro a la gente que pasea o que está sentada en los bancos. Mi idea era vender sobre todo a turistas, me habían dicho que Perú es el país que menos lee de América y que lo tendría difícil con la gente local, para mi sorpresa el 90% de compradores son peruanos y el hablar con tanta gente me ayuda en mi trabajo de documentación.
Pasar las navidades lejos de casa es duro, son días para estar en familia y estando solo en un país extranjero hay momentos en los que querrías volver. La nochebuena la paso con unos amigos franceses y la nochevieja con gente de Argentina en una plaza de armas a reventar. Tengo muchos amigos con los que comparto buenos momentos y doña Cristina y sus hijos se convierten en mi familia peruana, como muchos días con ellos y paso por la imprenta a conversar.
Subo varias veces al Cristo que está en lo alto de una montaña, hay unas vistas increíbles de la ciudad y su entorno.
El 14 de enero vendo el libro 200 y ya puedo seguir con mi viaje con dinero en el bolsillo. Llevo un mes en esta ciudad mágica, el lugar donde más tiempo he pasado desde que empecé la vuelta al mundo. Ya me había acostumbrado a estar aquí, tenía mis restaurantes habituales en los que disfrutar de las delicias de la comida peruana, amigos con los que pasar el rato y el hostal Cáceres se había convertido en mi hogar… pero tengo que continuar, otra vez a descubrir nuevos lugares, a hacer la mochila cada día, a caminar sin rumbo fijo, a luchar por conseguir mi sueño.
Muchas gracias a los cientos de personas que me habéis escuchado y comprado el libro, ya formáis parte de mi proyecto y cuando lo consiga podréis decir sin temor a equivocaros: Daniel lo logró gracias a mi aportación.
Fue una maravillosa experiencia conocerte en mi tierra querida CUSCO.
Recuerdo con mucho cariño nuestro intercambio de libros. Un fuerte abrazo desde PERU.
Hola Iván!! Qué alegría!! Qué buen recuerdo mi paso por Cusco!! Y fue un placer conocerte, intercambiar libros y café!! Un abrazo grande