Después de pasar la frontera ya con nuestro visado en regla, nos dirigimos a Siem Riep, la ciudad que alberga las ruinas de Angkor. La cuidad es un hervidero de turistas, con cientos de puestos donde venden recuerdos y figuritas y una gran oferta hotelera. Nosotros nos alojamos a las afueras en un hotel muy bien decorado y con piscina en la azotea… todo un lujo. Para ir a visitar los templos elegimos hacerlo en bici, sale barato alquilar una y puedes recorrer casi todos los templos importantes en un día.
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Los Templos de Angkor es un complejo de más de 1000km cuadrados en medio de la jungla Camboyana a las orillas del río Angkor. Formado por varios templos y construcciones del imperio Jemer y que datan del siglo IX, el mayor de ellos y también, el de mejor estado de conservación es Angkor Wat. Muchos de ellos tienen forma de cara humana y te observan desde su imponente atalaya.
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Todos están muy bien cuidados y en muchos de ellos la naturaleza se ha apoderado con sus raíces de los muros de piedra.
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Si tenéis la oportunidad de visitar Angkor no lo dudéis… Para mí, después de Egipto ha sido el conjunto histórico que más me ha gustado, por encima incluso de los templos Mayas. La entrada es cara (30$) pero la belleza y singularidad de las ruinas no te dejarán indiferente. Es uno de esos lugares que después de haberlos visto no volverás a ser el mismo.