Estoy un poco desilusionado, no puedo subir a la cima del Mt. Fuji. A partir del 15 de septiembre está prohibido subir sin una autorización especial, además el último y más empinado tramo está nevado, con sus casi 4.000m de altura y al ser cara norte está helada la ruta. Hacen falta material de alta montaña que no tengo aquí y dudo que me den el permiso para subir solo. Para desquitarme me propongo subir hasta donde está permitido, un punto a 2.200 al que llaman 5* estación. Hay un autobús que te lleva hasta allí pero quiero hacer por la ruta normal y saliendo desde Kawaguchico (lo normal sería ir en tren hasta Fujishiva) en lo que serán unos 40km y 1.600m de desnivel.

DSC00825

Hasta llegar donde empieza la subida es un coñazo, caminando por carreteras y la ciudad pero nada más empezar hay una sorpresa que no esperaba: El templo Kitaguchi Hongu Fuji Segen Shrine. Ya la entrada impresiona con un pasillo entre pinos de 30m y esculturas de piedra cubiertas de musgo. El templo tiene varios edificios donde se juntan samuráis, dragones, estanques y árboles gigantescos. Me enamoro del lugar y estoy a punto de quedarme para tomar apuntes e incluirlo en la novela, pero me decido a seguir y al día siguiente regresaré para trabajar y llenarme de la energía del lugar sin prisa.

Camino hacia el templo

Camino hacia el templo

Entrada al templo

Entrada al templo

Samurái

Samurái

Fuente de dragón

Fuente de dragón

El templo principal

El templo principal

El camino transcurre por bosques teñidos de los colores rojizos del otoño, asciende con una suave pendiente hasta el último tramo donde sube la inclinación. Se van pasando las distintas estaciones, que son paradas con baños, zonas de descanso y algún templo. Ahora están cerradas al ser fuera de temporada, hasta llegar a las inmediaciones de la 5* estación solo me encuentro con un par de personas. Estos últimos días recorriendo los bosques de la zona, veía a los japoneses portando una campanita que yo pensaba que era para algo espiritual, pregunto a una pareja que la lleva y me dicen que es por los osos, para que sepan que te acercas y dejen libre el camino. Ya había visto algún cartel de “peligro osos” pero pensaba que no habría ya demasiados…

Estación de subida

Estación de subida

La 5* estación es una zona turística llena de tiendas, restaurantes, un hotel y cientos de japoneses con cámaras que valen más que mi coche. No me gusta el ambiente y la explotación hecha a la montaña pero las vistas desde aquí son increíbles. He tardado seis horas en llegar a un ritmo tranquilo, disfrutando del camino y haciendo fotos y vídeos. Quedan dos horas y media hasta que anochezca así que como algo y comienzo a descender.

5* estación

5* estación

Vistas de las montañas vecinas

Vistas de las montañas vecinas

Bajo un poco decepcionado por no poder subir, me veo bien de fuerzas y me fastidia que no dependa de mí. Pero luego miro a mi alrededor, un bosque mágico me envuelve entre sus brazos milenarios y pienso donde estoy… en Japón, después de haber recorrido siete países y dando la vuelta al mundo. Me siento un privilegiado y muy feliz.

Bosque milenario

Bosque milenario

Una sombra corta mis pensamientos. Un animal más alto que yo y cuerpo robusto se adentra hacia el bosque, es un oso. Lo veo tres segundos y desaparece entre la maleza. Me quedo parado un momento y pienso qué hacer, no llevo campanita que lo alerte así que no me ha oído llegar. Llevo un silbato en la mochila, lo hago sonar varias veces y continúo, alerta y silbando de vez en cuando. Y a los quince minutos, cuando ya me había relajado sale del camino a cinco metros de mí un animal hacia el bosque, es peludo, negro y del tamaño de un chao-chao. Es un osezno que para a diez metros y se me queda mirando, estoy a punto de sacar la cámara y hacerle unas fotos pero pienso que su madre puede estar cerca y una madre que pueda ver peligro para su hijo puede ser muy peligrosa, así que sigo. Queda una hora para que anochezca y me faltan más de dos para llegar al pueblo, no quiero estar en el bosque de noche con tanto oso suelto y como voy bien de piernas decido correr para acortar tiempo. Me vienen recuerdos a la mente del leopardo de Nepal y tengo un poco de miedo. Aguanto hasta que anochece corriendo pero las piernas me pesan y sigo andando a oscuras en el bosque atento a cada sonido y silbando de vez en cuando para no llevarme sustos.

Peligro osos

Peligro osos

Llego a la estación fundido, el correr una hora después de llevar ocho andando me ha sentado fatal. Estiro un poco mientras espero al tren y cuando entro al vagón empiezo a temblar, me dan escalofríos y me mareo, me siento tambaleándome y me llevo la mano al pecho. El corazón me va muy rápido, me toco la frente y estoy ardiendo pero me muero de frío. Me asusto pero mantengo la calma. Bebo agua y como unos cacahuetes que me quedan. Cierro los ojos y respiro profundamente concentrado en bajar las pulsaciones. Parece que se me pasa pero al salir a la calle vuelven los escalofríos y la tiritera. Creo que debo de tener una hipotermia, he estado corriendo a 3* en camiseta corta… Entro al supermercado y compro un acuarius y algo de comer. Me siento en la estación y ceno. No paran los temblores y pienso que en estas condiciones no puedo subir al mirador en medio del bosque donde duermo. Me quedo en la estación y descanso, pienso en que cuando vengan a echarme cuando cierren convencer al operario que me deje quedar aquí y hasta tengo la ilusión de que me invite a su casa… pero cuando antes de la media noche viene el empleado y veo la cara de vinagre que tiene se me van las ilusiones. Lo intento, le cuento que estoy dando la vuelta al mundo, que tengo poco dinero y duermo en el bosque, le digo que me deje dormir aquí pero me echa sin miramientos. El descanso me ha sentado bien y subo sin problemas hasta mi casita con vistas y duermo mi última noche a las faldas del monte Fuji.